¿Has estado ofrendando tu vida al Señor como incienso agradable?
¿Cuidas los mínimos detalles en tu vida para honrarle?
Cuando nosotros ofrendamos nuestra vida al Señor día a día tratándole de agradar hasta en el más mínimo detalle, Él recibe nuestra vida cómo ofrenda agradable.
Siempre recuerda que lo primero que Dios ve es nuestro corazón.