martes, 1 de marzo de 2011

LA NECESIDAD DEL ALIMENTO

Nuestro nieto Cameron nació seis semanas prematuro. Como tenía un tamaño y
un peso menores que lo normal y estaba en peligro, quedó internado en la
unidad de neonatología del hospital por unas dos semanas hasta que ganara
suficiente peso como para ir a su casa. Su mayor desafío era que , en el
esfuerzo físico que realizaba para alimentarse, quemaba más calorías de las
que estaba adquiriendo. Esto obviamente era un obstáculo para su
crecimiento. Parecía que el pequeñito retrocedía dos pasos por cada uno que
avanzaba.

No había medicina ni tratamiento que pudiera resolver el problema:
simplemente necesitaba la reconstitución provista por el alimento.

Como seguidores de Cristo, constantemente encontramos que nuestras reservas
emocionales y espirituales se agotan por causa de los desafíos de la vida en
un mundo caído. En tales momentos necesitamos el alimento para
fortalecernos. En el Salmo 37, David nos alentó a fortalecer nuestros
corazones alimentando nuestras almas. Él escribió “Confía en Jehová y haz el
bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad”.

Cuando la debilidad nos aflige, la seguridad y la tranquilidad de la
fidelidad interminable de Dios puede darnos capacidad para seguir adelante
en Su nombre. Su fiel cuidado es el alimento que necesitamos, dándonos, tal
y como dice el himno”Oh, tu fidelidad”: “Eres mi fuerza, mi fe, mi reposo”.

Aliméntate de la fidelidad de Dios para encontrar la fortaleza que
necesitas. -WEC

Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás
de la verdad. – Salmo 37:3